Llevas un buen rato intentando componer el acertijo que te han dejado los Guapitti. Esa foto… hay algo raro en ella, pero no eres capaz de hilarlo con seguridad. Necesitas más información.

Por un momento levantas la cabeza de tu escritorio y te das cuenta de que el contestador automático de tu teléfono en la oficina parpadea con un mensaje nuevo. No sabes cuanto tiempo lleva eso así porque has estado completamente absorta resolviendo el acertijo.

Rápidamente te levantas y pulsas el botón de REPRODUCIR MENSAJE.